¿Alguna vez el hombre podrá decir la verdad?

Antes de leer el texto completo me gustaría preguntarle al lector: "¿Alguna vez han contado la verdad de un hecho?". Estoy casi convencido que la mayoría de personas dirán que "SI". Sin embargo creo que hay un grado de seguridad del 99.99% según el presente post de que "NO ES ASÍ".

Primeramente hay que aclarar dos conceptos básicos para esta lectura; el término HOMBRE y la expresión DECIR LA VERDAD:

Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra HOMBRE en su primera acepción concluye que: (Del lat. homo, -ĭnis).1. m. Ser animado racional, varón o mujer. 

Por lo tanto al hablar de "hombre" me estoy refiriendo a ambos géneros de la especie humana.

En el caso de la expresión "VERDAD" según el RAE, en su tercera acepción se define como: Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.

Así que decir una "VERDAD" viene a ser un relato puro y sin modificación o distorsión alguna de la realidad que se desea expresar.

Ahora que tenemos los conceptos claros viene la pregunta realizada al principio y que seguramente aún sigues sin entender completamente, o quizá lo tengas entendido desde tu punto de vista solamente.

¿Alguna vez el hombre podrá decir la verdad?

Pues definitivamente no estoy hablando de romances frustrados, de engaños de pareja o de alguna forma de sacarse de encima a una madre, novia, enamorada, esposa, o concubina. Estoy hablando de "DECIR LA VERDAD" en su pura expresión.

Para entenderlo mejor remontémonos en el tema de nuestro cerebro y su importancia al momento de querer decir la VERDAD y terminar siempre MINTIENDO; no solamente a los demás sino  a "NOSOTROS MISMOS".

NUESTRO CEREBRO ES EL CULPABLE:

El CEREBRO es uno de los órganos más desarrollados e importantes del ser humano; por tal motivo tiene un poder increíble para asimilar, retener y utilizar información necesaria para nuestras actividades cotidianas.

Dentro de todas sus cualidades está la del "olvido"... Imagínense si el cerebro recordara absolutamente todo lo que le sucede a cualquiera de nosotros, sería realmente un "torrente" de recuerdos que no nos dejarían en paz, acumulando y acumulando información innecesaria. Por tal motivo hay una discriminación natural que hace por "recordar" solo aquello que cree necesario. Este ejercicio de "recordar y olvidar" es una actividad que el cerebro realiza constantemente y de manera sutil, de tal forma que cualquier remembranza va perdiendo eslabones, filtrando solamente los hechos más relevantes.

Al momento de perder estos "eslabones" la historia cada vez se hace menos conclusa quedando solamente una síntesis que se puede contar de diversas formas.


El famosos "teléfono malogrado" es una práctica natural al momento del traspaso de información de un individuo a otro justamente por esta práctica cerebral.


Si uno quiere relatar un acontecimiento; dependiendo de que tanto tiempo haya pasado; el cerebro habrá olvidado una serie de eslabones que serán reemplazados con similares por efectos de comprensión; en pocas palabras; para hacer continua una idea esta reemplaza los vacíos con eslabones inventados generando una ligera desviación de lo que realmente pasó.


Traten ahora de leer las siguientes frases:

D8 e5t4 m4n3r4 3l c3r3br0 n0s pr0gr4m4:


"S3 P0r7ó m4l 9or 3s0 |o (4s7i6o m1 *a*a"


Seguramente que la segunda frase habrá sido muy distinta para muchos en cuanto a significado. Según las pruebas que he realizado, las personas dan respuestas según los recuerdos vividos. Por ejemplo aquellos que durante su infancia han recibido mayor castigo por parte de los "papás" finalizarán la frase con "papá" y quienes recuerden que su madre era quien impartía el castigo habrán leído la frase "mamá"; esto por la relación directa entre "CASTIGO" y "PAPÁ" ó "MAMÁ". Es así que el cerebro COMPLETA según nuestros recuerdos aquellas palabras o letras que faltan completando así la idea.

Por eso es que se puede llegar a la conclusión que cualquier ser humano siempre contará una realidad distorsionada por muy pequeña que sea (osea mentirá). Sin embargo estas distorsiones de la realidad tienen sus parámetros, llegando a ser en casos extremos "MITO-MANÍAS" que implican una alteración considerable de esta realidad.

Así que cuando vuelvan a pedirle a una persona que siempre les diga "la verdad", podemos concluir que podemos acercarnos a ella, pero que jamás podremos saber lo que realmente pasó; salvo que tengamos una grabación con audio y video a colores.