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| Teatro Municipal de Tacna |
Eran las 15 horas con 33 minutos y Yo sentado como muchas veces al frente del monitor de una computadora personal en la Av. 2 de Mayo a la altura del Teatro Municipal de Tacna; alquilando "un par de horas" de internet ya que en esa época no tenía línea en mi casa; no recuerdo si estaba en el latinmail, hotmail o quizá entrando a alguna sala de chateo de latinchat, pero lo que si recuerdo es que de repente sentí como las mesas de este local empezaban a moverse de manera extraña.
Yo siempre fui una persona muy calmada durante un evento sísmico y mi primera reacción fue la de mantenerme sentado mientras esperaba que termine esta pequeña "mecida" que la madre naturaleza nos brindaba; sin embargo el movimiento se fue tornando mas intenso. En un par de décimas de segundo ya estaba caminando hacia la puerta de salida y sentía como el meneo se volvía mas acelerado.
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| Zona donde estaban ubicadas las cabinas de internet (frente a la plaza del Teatro Municipal) |
Ya en la calle y luego de haber cruzado la pista aproveché la plaza que existía frente al Teatro; esa placita con grandes palmeras que veía como se mecían con ímpetu, mientras en el suelo se percibía una serie de ondulaciones que literalmente "te movían el piso".
Metros más arriba veía solo polvo; más abajo gente corriendo y los vehículos detenidos; recuerdo mucha gente gritando y llorando desesperada mientras sus familiares o amigos trataban de calmarlos hasta con cachetadas para que se tranquilicen. Veía como algunos balconcillos antíguos y dinteles de casas de adobe se venían abajo mientras la gente se alteraba cada vez más.
Poco a poco la tensión fue bajando luego de la última sacudida del dilatado movimiento y cuando sentí que ya todo estaba casi en calma; pues durante muchos minutos después del evento los postes, cables y cuanto elemento colgante existiera aún seguía en constante mecida; decidí tomar mis cosas y correr hasta mi casa ya que no había otro medio que estuviere activo.
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| Antígua plaza frente al Teatro Municipal, actualmente ha sido remodelada |
Subí por la Av. Dos de Mayo hasta llegar a Grnal Vizquerra; la parte baja de las famosas 200 Casas; y a mi trote veía polvo, trozos de lo que parecía formaba parte de alguna construcción, gente llorando, gritando, gente corriendo y las calles repletas de personas esperando que en cualquier momento la tierra retome una nueva revuelta.
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| 200 Casas |
Continué mi tránsito salvando la Av. Leguía la cual nunca había visto tan "transitable", sin vehículos y lleno de gente caminando hacia todas partes; imagino igual que yo; buscando la forma de llegar lo más pronto posible a aquel lugar donde se creen necesarios.
Entré rápidamente a la calle Tarata; que es la extensión de Gnral. Vizquerra, pero en el lado opuesto a la Av. Leguía; y notaba como el ambiente se tornaba más hostil, ya que por este sector las vías habían sido casi en su totalidad invadidas por restos de viviendas antíguas desmembradas y que habían rodado hasta casi el centro de la pista. Tuve que sortear con saltos y quiebres estos obstáculos que a medida que iba avanzando volvían más aterradora la percepción de lo que podía encontrar en el lugar hacia donde me dirigía: "Mi casa".
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| Recorrido de más de 1 Km. |
Ya girando por la calle Modesto Molina hacia el encuentro con la famosa intersección con la Av. Varela, el panorama se veía menos fatal. El ritmo de mi trote jamás había sido tan intenso y extenuante, sin embargo las ganas de llegar lo más pronto posible no me consentían ni unos segundos de tregua a pesar de lo fatigado que estaba.
Entrando finalmente a las últimas dos cuadras para llegar a mi casa, los vecinos; todos afuera; estaban en la etapa del cuchicheo de barrio, ensayando sus versiones de lo ocurrido, dando a conocer a sus compadres las apocalípticas noticias del horrendo suceso en versión: "vecino informado de todo y que todo lo sabe"; en donde ya está cerca el juicio final y en el que de contrabando se comenta que "Pochita" salió en ropa interior (la descarada).
Ya en casa y como siempre sucedía cuando había un sismo, la puerta estaba cerrada, parecía que la única familia que no había salido a la calle era la mía, sin embargo yo sabía el motivo de ese fenómeno. Nosotros siempre hemos tenido la hipótesis que en nuestra zona la cantidad de cables que tienen los postes de luz, de teléfono y alguna que otra toma clandestina de los vecinos, hacían un lugar muy peligroso a esta vía que de generarse un terremoto, el latigueo de estos cabos podría tornarse letal electrocutando o flagelando mortalmente a cuanta persona se le atraviese en el camino.
Más segura es la casa de mi abuelo, aquella construída artesanalmente y con fuertes columnas y vigas que podrían soportar un edificio de hasta cuatro pisos, siendo mi morada de modestos dos niveles. De manera empírica estabamos seguros de que si el terremoto destruía la casa, ningún otro lugar en cientos de metros a la redonda iba a ser más seguro; por lo tanto no tenía sentido aumentar el riesgo saliendo a una arteria con mayor grado de vulnerabilidad.Afortunadamente todos en casa estaban bien; muy asustados eso si; pero ya mas tranquilos al sentirnos juntos, y acto seguido empezaron las historias de lo ocurrido de manera ordenada y siempre a la espectativa de que en cualquier momento podía suceder alguna réplica.
El terremoto del 23 de junio del 2001 fue realmente debastador para la zona sur del Perú, había noticias de todo tipo respecto a lo sucedido, pero lo más terrible fue lo ocurrido en Moquegua:
Un estudio técnico expuesto en un congreso de ingenieros determinó lo siguiente:
Y finalmente la cantidad de información que llegó a formar parte de un artículo en Wikipedia:
Hoy 23 de junio del 2001 se conmemoran los 10 AÑOS de lo sucedido y es increíble que a pesar de ser una fecha que para muchos fue debastadora, no se haya hecho un alto para recordar lo ocurrido y tomar conciencia de lo frágil que son las vidas, que a pesar de los adelantos tecnológicos, la naturaleza está por encima de cualquier ser humano y así como le dío un ambiente para vivir, también puede generar un ambiente mortal que controle el crecimiento desmedido de esta especie tan agresiva para sus intereses.
