Cuatro meses y 25 días... y solo quedan 5 más para concluir otro interesante ciclo en mi vida. Y luego de experimentar el fabuloso mundo de la administración pública, me voy con mis teorías totalmente confirmadas y con algunos sin sabores que ahora forman parte de este amalgamado cúmulo de experiencias.
Sabía que la política mal llevada trae consecuencias no favorables para un desarrollo continuo y que el principal problema de la actual administración pública es "EL SISTEMA" cuyas prioridades se basan en remiendos de necesidades a corto plazo.
Sabía que el problema no solo se encuentra en quien nos dirige sino también en su aparato ejecutor, consultor, administrativo y más aún en quienes para elegir un candidato, primero velan por el bienestar de "su grupo" y no por el bien común de toda la localidad.
Esta etapa vivida en la administración pública ha logrado resumir toda esta teoría.
Mi retiro es por muchos motivos (entre otros obviamente está el económico); pero si económicamente un trabajo no es rentable. ¿Qué hace que te quedes ahí?
Yo decidí enfrentarme a un reto por la calidad de personas que formarían parte de este equipo, quien supuse que sería un conjunto de experimentados profesionales; y gracias a Dios no estaba equivocado. La tranquilidad de un sueldo fijo, el relajo de tener con quien bromear y no sentirte más presionado que por el trabajo que sabes que puedes hacer. Hace mucho tiempo que no experimentaba el sentir la tranquilidad de no tomar decisiones ni estar bajo el estrés de estar pendiente de todo lo que pasa alrededor.
El equipo cubrió las expectativas holgadamente y el objetivo del grupo fue más allá de lo que se le pedía (grabe error en un sistema que prefiere a los sometidos que a los que apuestan por nuevas ideas y la ruptura de paradigmas) y es que uno siempre le teme a aquello que no conoce.
No digo que hayan sido IDEAS QUE SALVEN a la ciudad, pero en un interesante laboratorio práctico surgieron innumerables soluciones que podrían formar parte de aquel nuevo "Plan Director" del cual se habla tanto últimamente.
El continuo movimiento de la oficina que se salía de sus casillas empezaba a generar preocupación a sus alrededores.
Personalmente pienso que fue más falta de comunicación. Quizá unos malos entendidos que podían ser resueltos mediante conversaciones alturadas. O quizá simplemente había algo más que de repente quedó encerrado entre las 4 paredes de la oficina principal del Gerente.
En el sector público la mayoría de las personas cuidan su puesto con uñas y dientes y se valen de cualquier artificio para eliminar a alguna "amenaza" latente (obviamente que hay sus excepciones). Pero el principal problema de la administración pública en nuestro medio es que aún es inmadura para resolver problemas y más aún para darse cuenta CUALES SON LOS VERDADEROS PROBLEMAS a los que debería avocarse.
El día lunes de esta semana escuché el discurso introductorio del gerente luego de retirar al jefe de mi oficina de su cargo por motivos como: No usar chaleco, atentar contra la imagen de la institución al no darse cuenta que faltaba una "driza" en un asta de bandera, y muy especialmente por permitir que los expedientes y mantenimientos salgan con "deficiencias".
Como dice mi amigo Christian David; "YO AGACHARÍA EL MOÑO", si fuera consciente de errores que ameriten una investigación sobre la mala elaboración de expedientes o mantenimientos. Sin embargo hasta ahora (a menos que sea tan bruto de no entenderlo), no he encontrado esos "ERRORES" considerando que todos los proyectos fueron coordinados con los patronatos respectivos y con los involucrados.
¿De que ERRORES hablamos ahora si me envían a un mercado a resolver el problema de unas canaletas que se olvidaron de colocar en un mantenimiento del año pasado (en un equipo anterior al nuestro) en el que dejaron casi todo el sistema de drenaje de aguas pluviales inutilizable? ¿Acaso eso no es atentar contra la imagen institucional ya que todos los usuarios ahora han tenido que comprar sus propias canaletas y colocarlas de la mejor manera que les parezca para solucionar su problema?
Definitivamente la vara con que se mide a cada quien no es ni será la misma, a menos que tengas un letrero que diga: "soy del partido"; que si bien he conocido personas del partido muy capaces como profesionales, también los hay aquellos que solo viven como sanguijuelas esperando oportunidades no hechas para ellos.
y ¿Que hace que alguien DEL PARTIDO sea más confiable que otra QUE NO LO ES?
Pues un concepto muy errado de LEALTAD PARTIDARIA, que la verdad creo que ya no existe en nuestro medio.
Según la psicología del ser humano quien es LEAL lo es sea o no sea de una creencia, partido, o grupo social determinado; y quien es DESLEAL también lo es hasta con su propia madre.
Afortunadamente aún veo esperanzas en mi grupo; la cobardía de seguir remando sin aquellas ideas tan fabulosas me ha detenido. Veo en muchos dirigentes quizá muy buenas intenciones pero una incapacidad tremenda para IDENTIFICAR y sobre todo SOLUCIONAR problemas. Distrayéndose en actividades que seguramente generarán una simpatía de parte del pueblo pero que dejarán sin un norte a esta ciudad.
Lamentablemente parece que los políticos han perdido la confianza en los profesionales, a tal punto que EVALÚAN sus trabajos, y determinan que es lo que debe hacer un profesional sin siquiera respetar los años de estudios y la experiencia profesional.
Tal es el caso de varios de mis diseños que han sido transformados por conceptos que DICEN que tiene el jefe máximo; bastante sesgados creo yo (no se si este señor haya estudiado la teoría del color, o algún curso sobre los pigmentos visuales del color). Pero creo que si un profesional identifica un ASPECTO como solución a un PROBLEMA, sus años de experiencia y estudios lo respaldan en algo.
Pero en fin, una autoridad debería de estar preocupado por problemas más complejos que determinar la forma y color de una vereda, o de como se va a adornar la ciudad; eso deberían dejarlo a los especialistas en el tema.
Yo entiendo que a veces no se puede confiar plenamente en el profesionalismo de una persona y esto ha traído como consecuencia esta falta de credibilidad hasta de los mejores profesionales; pero ya es hora que las cosas cambien y desde la trinchera que a cada quien le toque, habrá que tomar cartas en el asunto.
Mi retiro es de esa trinchera pero mi batalla sigue siendo la misma. Este tiempo en el sector público me ha hecho madurar, el ver las cosas desde el punto de vista del "administrador de la ciudad" y tengo una gratitud plena a quienes me acompañaron en esta aventura tan interesante.
Ahora mi compromiso retoma los viejos cauces y espero no fallarme a mí mismo ni a quienes dependen de mí en muchos aspectos.
Este texto es un mero berrinche a algo que aún es incontrolable. Solo espero que quien lo lea pueda apreciar el sentido crítico del mensaje.
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